domingo, 29 de abril de 2007

VIERNES




El crepúsculo quieto de un viernes. Otra vez,
la luz malva, ahora es azul y no calienta,
el polvo baila en el aire
a pesar de que horas atrás quise matarlo.


Oigo a lo lejos, gente,
murmullo lejano que no está,
porque el mundo son estas paredes,
pegajosas,
tristes,
inertes.
Todo lo demás no existe,
lo digo y me quedo tranquila.
Nada más existe.
Entonces permanezco sentada...
mientras tanto,
entre tanta soledad.


Sintiéndome una poeta de palabras efímeras
que no puedo escribir,
y lo intento,
pero se van,
y así
dejan de ser bellas.


Recito sola,
a veces feliz,
como si alguien me escuchara,
me viera,
me sintiera...
y lo creo,
con todas mis fuerzas,
para evitar sentir que también muero.


Y hoy quisiera compartir entre vino,
pensamientos
y risa
y memoria
y no quedarme aqui
compadeciendo,
ensombrecida,
matando la verdad de mi poesía
que solo escribo hoy,
para que alguien me oiga.

1 comentario:

  1. Tremendamente inspirador. Esta bien chingón tu blog, me encanta lo que escribes.
    ¡Sigue colaborando en mi blog porfavor!

    ResponderEliminar