Camina poco a poco, hasta mojarte los pies,
deja que el agua lentamente te llegue al cuello,
sigue caminando y piérdete en la inmensidad del mar...
siente y juega con el frío entre tus dedos, entre tus poros,
relájate,

respira hondo,
ten un poco de miedo, solo un poco,
lo suficiente para valorar que estás ahí,
solo,
ante la vida,
que es nada,
que es todo...

Cierra los ojos,
indaga en la oscuridad,
huye pavoroso de culquier pensamiento
sólo escucha
mi voz,
esta voz,
tú voz...
suelta el cuerpo,
intenta flotar, deja que las olas sean tu camino y
cuando empieces a hundirte,sueña,
libre como si volaras,
como si caminaras sobre el cielo.

Cuando no puedas respirar duerme,
permite que el agua se funda con tu cuerpo,
bebe, vuélvete mar,
descansa...
siente el peso de las piedras en tus pies,
empujando al fondo, más al fondo, más,
al vacío,
entrégate,
ya estás salvo,
suspira,
estás en paz.

No despiertes hasta que yo te diga.
Dulces sueños.