miércoles, 3 de marzo de 2010

Mi cuerpo me estorba algunas veces. Las gaviotas hoy no lloran, las chimeneas se consumen, la ciudad cruje rotunda y mis pensamientos se deshacen, infinitamente, para siempre, junto a la ventana. La música sin suerte me hace sentir un poquito afortunada porque aleja el silencio y sus larvas. Ese silencio extraño que me va puliendo la piel poco a poco y pretende volverme de marfil y me duerme lo dedos de los pies para que no pueda sentir tus cosquillas. Mudez inerte que acelera el tiempo y la vejez del alma, que con su prisa decadente y su empaciencia hace crecer mi cuerpo para que mis deseos de mujer-hormiga ya no puedan vivir en él, para que me aplaste, para que me estorbe, para que sea demasiado grande para mi.

1 comentario:

  1. me gusto eso de que el cuerpo estorba a veces..y cuando el silencio te pule la piel

    grande marianita

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