jueves, 19 de junio de 2008

AL SOL

Frescos pintados en la pared se tornan en sombríos paisajes,
fríos, en movimiento, con ritmo, ruido y viento.
El resplandor de la luna casi quemaba al mar abierto
y a la espuma, esa espuma viva
en enero.
Así abrí los ojos,
creo,
así,
y lanzada con la lluvia,
y meciéndome en ese flujo y reflujo y aspavientos
llegué,
recorrí aferrada a un cordón el cielo plagado de flores,
y caí,
arrojada al mar,
con los poros abiertos y un suspiro escrito en un papel.
Justo cuando mi alma,
más nueva,
más limpia, no sabía soñar.
Y sin razón
y ante el aullido del viento
grité:
¡Quiero nacer para morir tiritando al sol con los ojos abiertos!

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